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A vosotros invisibles...


Nos vamos de vacaciones (aunque ya sabéis que un poco a medias porque tenemos mucho trabajo por delante para el nuevo curso) y me toca cerrar a mí hoy con un nuevo post en el blog de Betamind: evaluar el curso.

Vivo en la sierra de Madrid por mi necesidad de contacto con la naturaleza. A veces busco explicación en el Feng Shui (mi elemento el metal). El metal se nutre con la tierra, produce agua y controla la madera, así que me cargo de energía y desconecto del asfalto , la vorágine y estrés diario de la capital. Últimamente veo mudar la corteza de los árboles cuando doy paseos por la montaña. Es verano, y encuentro reveladora y sabia a la naturaleza. Hay momentos en los que conecta siempre con la gran aventura del saber en la educación. Mudar. Para mí como educadora, docente, profesora, guía, jedi, o creativa (como queráis describirme) debería ser un acto obligatorio en la docencia.

Durante el curso hay momentos reveladores, caóticos, frustrantes, agotadores, felices, inspiradores, gratificantes… todos ellos han de ser reflexionados como autoevaluación. El acto de mudar es un encuentro de analogías, sinergias y /o diferencias que me hacen cambiar la forma en la que planteo las clases.

Veo de forma clara dos fases esenciales en mi muda: la primera es revelar y exteriorizar aquello de lo que te nutres, te reconforta (esa nueva piel que quedará); la segunda, dejar caer aquellas acciones (tus acciones) que impidieron hacer y realizar ese proceso de enseñanza y aprendizaje pleno (que dejarán huella en esa nueva piel como reflexión y recordatorio).


La fase de revelación es de agradecimiento haciendo hincapié en las fortalezas:

Cuando emprendí en enero este sueño transformado de momento en proyecto educativo llamado Betamind, nunca pensé que después de 7 meses de aquella idea suicida de crearlo sola (a priori), tuviera que dar las gracias, o gritarlas más bien a tantas personas.

En primer lugar, a mis compañeras betatesters Estrella, Teresa, Sata, Carol, María y Elena: por provocar en mí la valentía de realizar esta idea suicida. Por estar (en ocasiones puntuales o diariamente), reforzando ese espíritu creativo de “haceres” y respuestas diferentes a cada problema o reto y la seguridad en mí misma.

En segundo lugar, a las familias: por la confianza plena en mi profesionalidad, en las pasiones de la maravillosa aventura del saber y la motivación y por dotarlas de valor junto vuestr@s maravillos@s hijos e hijas.

En tercer lugar, a las entidades que hasta ahora me han ofrecido la oportunidad de contagiar esas pasiones en congresos y jornadas de formación al profesorado y también, a compañeras de profesión que expanden el espíritu Betamind y lo difunden (Judit, Silvia y Lorena entre otras).


Y el más importante lo dejo para el final: agradecimiento a cada invisible: sí invisibles, pero con nombre. Los describo así porque son así en la escuela. Tienen muchos poderes, pero normalmente lidian con la rutina de aguantar camuflándose (quien más y quien menos) aceptando o recibiendo diariamente la triste realidad en sus aulas: el mundo del conocimiento en la escuela está jerarquizado, limitado, etiquetado y enriquecerse ha de hacerse fuera de la “fábrica” (como yo la llamo). Claro diréis "es que son muchos los que se aburren, se camuflan y piden una escuela del siglo XXI"…Claro, si la mejora educativa parte de la escuela (la palabra innovación no es sólo en metodología), entonces que no sean fábricas donde hagamos a todos por igual (es mi reflexión), porque todos entran con una cantidad de mundos en sus mentes…y lo que acaba ocurriendo es que todos terminan viendo el mismo mundo, qué triste ¿no?.

Hoy me centro en los invisibles que son a priori una minoría: cualquier escuela debe tener reflejados a los que no pueden o no llegan, o los que están en la media…pero para aquellos y aquellas que aún no saben mirar, la campana de Gauss refleja a "invisibles" al otro lado, (que por razones que ahora no me voy a parar a explicar), tienen apellidos escolares tales como: "Saco todo sobresalientes" "Aprendo yo sólo/a" "Brillante" "sobreestimulad@s, no superdotad@s" "no existen, todos lo son" "adaptación no, eso es elitismo" y un largo etc.


Se me encoge el alma al escuchar a invisibles decir “Violeta si lo que han dado este año ya lo sabía” “Hago lo que dicen, pero no tiene sentido, no es útil. Mi realidad, lo que vivo y siento, es otra muy diferente” “Nunca me ha gustado la escuela, desde primaria odio ir a la escuela”. Se habla de lo que no son capaces (cuando lo son), de no aprender porque no hacen lo que por edad se dice que han de hacer a imagen y semejanza de sus compañeros y compañeras (y luego que me digan que no son fábricas)... Son tantas las ocasiones que me encuentro con la frustración de invisibles y sus familias junto a la ceguera y negativa escolar con la que se habla de "sus grandes poderes"... Ah, ¿no sabes cuáles son?... las altas capacidades intelectuales.

Sí…"googlea" y verás multitud de estudios: de sus características , de cómo piensan, sienten y hacen...(un poquito de lectura profesional no viene mal, y formarse en ello tampoco es perjudicial para la salud). Si te molan las redes, ya encontrarás el verdadero bofetón (emocional sobre todo si queda un poquito de humanidad y sentido común) de las luchas familiares, personales, rabia, dolor, angustia, frustración que hay para dar y tomar.Como dice mi amada madre "coge asiento cómodo y número, que tienes para rato"

Hoy siento de verdad la necesidad de hablar de fortalezas, no generales, sino las de cada invisible con un inmenso GRACIAS. No sería posible sin aquellos que me ofrecieron por primera vez la oportunidad de conocer el mundo de los invisibles. Son inagotables sus capacidades de aprender, de preguntar, de querer, de sentir de formas diferentes y, desde que en 2006 me abrieron las puertas de esta maravillosa experiencia del mundo mágico y aventura del saber, he de reconocer que tengo una gran adicción invisible por hacerles visibles.

Bueno, creo que se ha convertido más que en adicción, en un poder. Soy docente sí, pero no de instituto (que tras varios intentos pues oye…no me han ofrecido la oportunidad soñada de desarrollo profesional). Durante estos meses he tenido el placer de estar con invisibles de manera casi individualizada siendo “Jedi, o mentora” en las horas extraescolares (si desde dentro no tengo oportunidad, desde fuera he de ayudar a luchar). Os digo placer, porque encima si nos situamos en sus hogares, ya es como una explosión volcánica que no teme expandirse y arrasar con todo lo que se encuentra delante. Es una maravillosa imagen final de sonrisa mutua la que encuentro en la mayoría de experiencias. A cada uno de “mis invisibles” (con permiso de sus familias), hoy dedico un especial agradecimiento por sus fortalezas y ser inspiración:


Gracias Pablo

Por hacer de cada reto un acto rebelde de ingenio, astucia y emoción. Defender aquello en lo que crees aunque a veces te lleve a no controlar la emoción (y lo que emerge de ella), para mí no es más que un gran ejemplo a seguir. Todo lleva su proceso y su tiempo. Alabo tu inconformismo : no hacer todo bajo las reglas que sólo otros deciden por poder, cuando el acto de hacer y empoderarse es plenamente tuyo. También es verdad que esos actos requieren de compromiso por tu parte: cuando eres tú el protagonista mayor es la expectativa y la responsabilidad de que lo que hagas siempre puede ser o será lo mejor, y en ese compromiso también te apoyo yo como suelo decir “a muerte”. Alucino con tu proceso creativo: para ti no hay un espacio asignado , lo mismo es la pared de una bañera como el suelo del garaje, lo mismo es poner música de fondo como oír el movimiento de los árboles en el jardín, quizá… el uniforme del instituto no es el más adecuado ( creo que al final has dejado un bonito recuerdo en cada uno de ellos). No imagino un mundo de aprendizaje limitado por el espacio de una silla y mesa impuestas, y admiro que tengas ese humor irónico para defenderte. Querer estudiar sobre el mundo de la neurociencia, el cerebro, despertar a los que duermen o no están conectados, sólo son los ingredientes del gran plato principal que te propongas.

Gracias Manuel